Todo empieza con el cuento "Los pequeñiñes de la granja" de la editorial Usborne. Con mi pequeño cuando le leemos un cuento le vamos señalando los dibujos de los diferentes personajes (¡como a todos los niños!) hasta que él va cogiendo soltura y los señala directamente. Nosotros además jugamos a "¿dónde está ... ?", es como "¿Dónde está Wally?" pero adaptado a cada libro. Este libro es estupendo para jugar a ésto por todos los pequeños detalles de las ilustraciones. Así que nos hemos tirado horas página por página buscando a los animales, las casas, los árboles, las flores, el Sol... y todo lo que se nos ocurría. Un día que jugábamos a ésto, empezó a decir en esa media lengua mitad español mitad idioma inventado "ma, elobo" tanto su padre como yo entendíamos "el lobo" y venga a buscar un lobo por todo el cuento y como no lo encontrábamos, pensábamos que se refería al perro y le decíamos "no es un lobo, es un perro". El pobre nos miraba intentando comunicarse y ni sus padres le entendían. Así hasta que un día (en nuestra defensa diré que no mucho después) vino con el cuento y señalando al logo de la editorial nos dijo "elobo!!!"
Pues iba a llevar razón y estaba "elobo" en el cuento. Desde entonces (por que a nosotros nos hizo mucha ilusión entenderlo, pero a él mucha más que por fin le entendiésemos!!) le fascinan los globos. Desde Reyes Magos nos lleva pidiendo un globo y... tan tata tachán... aquí está!!
Mide unos 18 cm. La cesta del globo, que se llama góndola, está hecha a la medida de un muñeco Lego. La recamara, que es donde se acumula el gas, está hecho a franjas en color azul, naranja, amarillo, rosa, verde y rojo. Y le he hecho hasta el quemador, más abajo el detalle.
Detalle del quemador, desde lejos y un poco más de cerca.
Proyecto terminado! Ahora a por otro!