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26/2/18

Tatí y Tatá

Hay dos nuevos miembros en nuestra familia de amigurumis. Dos pequeños koalas que vienen con nombre bajo el brazo. Mi pequeño pepito grillo particular siempre me avisa que tengo que ponerles nombres a todos los muñecos para poder distinguirlos los unos de otros, y que si él tiene nombre los muñecos también se merecen un nombre. Así que le pregunté cómo podríamos llamarlos y corriendo me sugirió que le encantaba Tatí para él y Tatá para ella. ¡Pues listo! no se hable más y así los hemos adoptado a los dos en nuestra casa. 

Me sirven además para explicar pros y contras de trabajar cerrando vueltas o trabajar de forma continua, en una mini-lista (porqué sólo me han salido tres)

Los pequeñines son estos:





1. Al trabajar cerrando las vueltas, no es necesario utilizar un marcador. En cambio si se trabaja continuo es casi imposible no perderse si no se utiliza uno. 

2. Un inconveniente de trabajar cerrando vueltas, es que se queda como una costura a lo largo de todo el muñeco. En Tatá se ve uniforme por todas partes y en Tatí se ve donde está la unión entre una vuelta y otra.



En la siguiente foto se aprecia un poco mejor:


3. En cambio, para los cambios de color quedan mucho mejor si se trabaja cerrando vueltas que en continuo. En Tatá, se ve el salto al cambiar de rosa a azul y de vuelta al color rosa en el cuerpo. Y también en el cambio de color de las manos a las mangas. 




En el caso de Tatí, el cambio de color apenas se aprecia. 





Edito para comentar que ayer cuando terminé la entrada y vi las fotos, me dí cuenta de que la nariz de Tatá no terminaba de convencerme. Así que la desmonté y la he bajado un poco de posición, lo que en equivalente humano viene a ser una rinoplastia. 

Y ahora sí que ha quedado bonita. 


Una comparativa para que se vea bien la diferencia entre el antes y después: